El Arte de la Guerra
- Danna Natale

- Oct 30, 2019
- 3 min read
Updated: Sep 21
José Luis Zunni, Director de ECOFIN Business School y coordinador de ECOFIN Management & Leadership, explica cómo líderes militares como Julio César demuestran un claro liderazgo y visión ante escenarios que demandan una gran capacidad de visión ante posibles estrategias para ganar en el campo de batalla, como lo fue en el año 48 a.C, Farsalia (Grecia).

Poseer una velocidad de respuesta, una clara evaluación ante situaciones de riesgo y ser directos hacia el objetivo al que se pretende llegar forma parte esencial del rompecabezas que se nos es presentado prácticamente a diario ante las diferentes situaciones con las que debemos lidiar. Al ser no solamente conscientes de esto, pero a su vez, buscando un constante crecimiento en nuestra toma de decisiones, seremos capaces de forjar un cambio significativo en nuestras vidas y la de aquellos que nos rodean.
Diariamente entramos en el campo de batalla y esto significa que cada paso que damos nos abre o cierra un sin número de posibilidades para el próximo enfrentamiento; autores como José Luis Zunni nos recalcan la importancia de esto y a su vez dejan en claro que ser capaces de adaptarnos ante el cambio y arriesgarnos a crear nuevas estrategias ante los avances tecnológicos y sociales que nos rodean.
Llegamos diariamente a un nuevo servidor, destino, círculo social, entorno o contexto y la forma en la que venimos o nos dirigimos al mismo es lo que nos otorgará la victoria o nos obligará a concentrarnos en el paso que sigue. Ante esto nos enfrentamos del mismo modo a millones de líderes en formación que al igual que nosotros buscan ganar la mayor cantidad de batallas posibles al elegirlas de manera consciente y estratégica.
Las nuevas tecnologías no sólo nos aportan la capacidad de comunicarnos en fracción de segundos, sino que nos retan de manera constante a seguir avanzando en conjunto a la comunidad digital que cada día gana más fuerza, al tener cierto control ante los medios emergentes nuestras posibilidades de coordinar, gestionar y dirigir a una gran cantidad de personas aumentan y con ello, las responsabilidades que esto implica.
Presencia de aspectos como inteligencia, razón, justicia, claridad y fortaleza son también originadores de buenas ideas, del deseo de enfrentar la verdad y la aparición de un llamado a la justicia. Estos elementos son los que un buen líder sea reconocido por quienes lo sigan, no por el afán de ganar reconocimiento, sino de su habilidad como estratega y visionario. Al lograr esto, se transforman tanto las ideologías como la cultura que se crea a partir de dicho liderazgo.
No todo son números y son imprescindibles elementos tanto de proximidad como cercanía, con esto se consigue que nuestro seguidores se sienten identificados con el objetivo al que se pretende llegar y que al estar motivados constantemente por ello aporten ideas invaluables para el mismo. La confianza que somos capaces de generar en nosotros mismos es precisamente la confianza que buscamos en nuestros seguidores, ya que esto no sólo cerrará la brecha existente entre un líder y su seguidor, sino que reforzará la credibilidad e importancia de aquello por lo cual trabajan en conjunto.
Preguntas clave para comprender sí un trabajo está bien coordinado y direccionado hacia una meta específica:
¿Qué habilidades consideran que se requieren de sus colaboradores para ocupar sus respectivos puestos o para actuar como líderes?
¿Cuál es el grado de diferencia que estas personas creen que tenían dichas habilidades y cualidades unos cinco años atrás?
¿El estilo de liderazgo existente es el correcto?
Ser capaces de medir y responder ante estas interrogantes será la clave para identificar nuestra posición no solo como líderes, sino de ver de qué manera influye el mensaje y de qué manera llega al target. Tener en cuenta cada uno de estos aspectos se torna de gran utilidad debido a que tanto las exigencias de sus seguidores como la demanda de su audiencia cambiarán sustancialmente con el tiempo y esto nos obliga a seguir innovando nuestro liderazgo que prioriza a las personas como parte esencial de su plan estratégico.
De esta forma rompemos con el enemigo invisible que amenaza diariamente a nuestros seguidores, conocido como la incertidumbre y que se esconde tras la inestabilidad empresarial al perder el punto en común al que se pretende llegar. Tomando consciencia de nuestros actos y de los efectos de los mismos, creamos hábitos que nos beneficiarán y serán la vía para un correcto crecimiento tanto personal como profesional frente a los retos y el cambio.
Referencia
Zunni, José Luis. MediaTics. El Líder Llega Siempre Media Hora Antes. Octubre 8, 2019. <https://www.media-tics.com/noticia/9199/el-lider-llega-siempre-media-hora-antes.html> Versión digital, web. Octubre 30, 2019.






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